lunes, 21 de junio de 2010

LA INTERPRETACIÓN NARRATIVA COMO ESTRATEGIA PARA

LA INTERPRETACIÓN NARRATIVA COMO ESTRATEGIA PARA
LA RECONSTRUCCIÓN HISTÓRICA

La narración es la forma que asume la explicación histórica, se considera como imprescindible en la definición de cualquier currículo, ya que uno de los primeros acercamientos que tiene el ser humano para ordenar el casi de la realidad es precisamente, el narrativo.

Al excluir la narrativa del currículo, se niega la naturaleza misma de la historia y la posibilidad de que el alumno desarrolle de forma natural, el dar sentido de hacer inteligible el mundo que lo rodea.

La historia, en aras de perseguir sólo las operaciones de causalidad, había rechazado otras formas del conocimiento humano tan validas como el razonamiento lógico deductivo y como la operación interpretativa.

Es obvio señalar que para la historiografía cientificista no se reconoce la narrativa una explicación de la realidad.

La narración de particularidades no puede aspirar a ser ciencia, o bien que el simple narrar no explica el “por que“ de los acontecimientos históricos; habrá que buscar las causas y sus regularidades para no ser considerada una ciencia del espíritu o una mera ilusión del pensamiento.

Así, la narrativa no va a ser solo una metodología sino una forma de construir y dar inteligibilidad a la realidad.

La narrativa es una modalidad del pensamiento que profundiza en lo particular, que no pretende una lógica lineal, sino que puede tener un abordaje analógico o metafórico con un ritmo o secuencia de eventos significativas que dan organización ala experiencia vivida, como lo muestra cualquier narración o configuración de la experiencia humana.

Lo narrativo nos permite conocer y usar la amplia gama de sentidos de cada cultura y a su vez, darnos cuenta que en el proceso de conocimiento el pensamiento no actúa de manera univoca sino que posee diferentes modalidades: el paradigmático y el narrativo.

En la historia convive lo narrativo y lo paradigmático, los personajes y sus acciones, con las categorías y los conceptos; el tiempo histórico, con los limites que impone una trama; particular con lo universal etc.

Forma de pensamiento que implican competencias y habilidades un tanto diferenciadas, necesarias de explicar en una propuesta de enseñanza.

El gran reto que hoy tienen los historiadores y los maestros interesados en ayudar a resolver esta problemática es trascender la sola exposición de unos hechos muertos o dejarse llevar por las modas educativas de “enseñar” los procedimientos empleados por los historiadores. Lo importante es llevar a los alumnos de manera gradual como se construyen las representaciones sobre la realidad histórica.

De esta manera, poco a poco, el alumno puede apropiarse de la naturaleza del conocimiento histórico al darse cuenta que la historia no es solamente la “interpretación” desde el poder, generalmente presentada en los libros de texto, sino una representación de la realidad que nunca es definitiva.

Así pues, en el proceso de aprendizaje de la historia es importante que el alumno no solo memorice, sino que genere sus propias hipótesis, que comparta el por que llegó a determinadas afirmaciones con sus compañeros y con el maestro, la comunicación dialógica que establecemos con los otros es finalmente narrativa.

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